Guía para padres

Claves para que un niño coma y no pierda el apetito

Muchos estudios nutricionales muestran que el metabolismo de los niños es cambiante, y que así como hay etapas en las tienden a comer mucho, en otros periodos pierden el apetito. El tema tiene que ver con que el proceso de desarrollo no siempre requiere altos niveles de calorías (es frecuente un descenso en los preescolares), pero también con diversos estados emocionales o de estrés, y ¡atención!, con algunas enfermedades, por lo que siempre es importante el control con el pediatra para descartar dolencias. 

Si el rechazo a los alimentos está asociado con situaciones afectivas, como la llegada de un hermanito, el ingreso al jardín, cambio de colegio o circunstancias familiares que hayan implicado alteraciones de la cotidianidad, es necesario indagar en ese tipo de causas, y tan pronto como sea posible, restablecer el equilibrio, tomando en cuenta que todos los procesos llevan tiempo.

Cuando no existen causas externas al metabolismo, lo primero que hay que entender, es que estamos frente a una personita que está creciendo y empieza a definir sus gustos y preferencias, pero a la vez, depende de nosotros y es necesario formarle hábitos saludables. Hay que tener cuidado, pues actitudes inadecuadas pueden determinar que estos periodos naturales se conviertan en problemas. Demasiada insistencia, la tan contraproducente cantaleta, el exceso de drama, en fin, todos esos componentes que pueden resultar en que la hora de comer se vuelve tortuosa, en lugar de ayudar tienden a fijar el conflicto.

Algunas claves para que los niños coman de todo y manejar el asunto:

  • En periodos de inapetencia es aconsejable mermar la cantidad en el plato del niño. De ese modo, aunque se le pida que se coma todo, el volumen de la tarea disminuye, y asimismo, el calibre de la disputa.
  • Mermar la cantidad no significa mermar la calidad. El contenido debe mantenerse estable en cuanto a variedad y aporte nutricional.
  • Probar alimentos nuevos que ofrezcan el mismo aporte de nutrientes para sustituir aquellos que están siendo rechazados es un recurso ideal.
  • Es bueno negociar y llegar a acuerdos convenientes, pero los premios no deben sustituir el alimento. Puede ser bueno tentar al niño con ir al parque una vez termine de comer, pero no lo es, dar dulces y comidas chatarra que satisfacen el apetito y no contienen nutrientes.
  • Muchos alimentos que parecen golosinas son placenteros y nutritivos: helados y batidos de fruta natural, postres de avena o cereales, etc.
  • Cuando los chicos ya asisten al colegio es importante planear y disponer loncheras saludables y cuidar en ellas la variedad.
  • En casa, la charla en la mesa a la hora de comer y hacer de este momento una experiencia placentera, no solo mejora el apetito de los niños, sino que crea hábitos.
Carrito de compras
Aún no agregaste productos.
Seguir viendo
Hablemos
Hola en que te podemos ayudar?
Hola,
¿Como podemos ayudarte?